La marca de un creyente maduro es la negativa a ser llevado por doquiera de
todo viento de doctrina. (Efesios 4:14) Estos creyentes no pueden ser
manipulados por ningún maestro. Ellos no tienen necesidad de correr de aquí
para allá porque están comiendo de la ROCA; están creciendo en Cristo; están
dándose banquete en pastos verdes. Ellos han circuncidado sus oídos y han
pesado a cada maestro, a cada doctrina, de acuerdo a como se ajusta a la
santidad de Cristo. Ellos pueden discernir todas las doctrinas que son falsas y
sienten repulsión por todas las nuevas y raras enseñanzas. Conocen a Cristo.
Ellos no serán conmovidos por la música, los amigos, las personalidades,
milagros, pero sí ¡por un hambre insaciable por la pura Palabra de Dios!
Solamente hay dos doctrinas: la de Cristo y la de
Jezabel. Pablo dijo: "...que adornen en todo la doctrina de Nuestro
Salvador Dios." (Tito 2:10). ¿Cuál es la doctrina de Cristo? La gracia de
Dios nos enseña: "que renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas,
vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente." (Tito 2:12). La
doctrina de Cristo te hará conforme a la imagen de Cristo. Desenmascara todo
pecado oculto y todo anhelo de maldad.
¿Está tu maestro reprendiendo con autoridad,
hablándote y exhortándote a abandonar el pecado y derribar todos los ídolos
como él es instruido en Tito 2:7? ¿Estás aprendiendo a odiar el pecado
ardientemente? ¿O sales de la reunión de tu iglesia sin estar aún convencido?
El mensaje de la doctrina de Cristo es: "Así que, amados, ya que tenemos
tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios." (2 Co.7:1).
Muchos nos escriben diciendo: "Nuestro pastor
sigue diciendo: "Yo no estoy aquí para predicar en contra del pecado, yo
estoy aquí para ensalzar a Jesús. Nada de ésa prédica de condenación desde éste
púlpito, yo estoy aquí para quitar el miedo y la depresión a mi pueblo."
Aún en los predicadores pentecostales hay dos extremos. Algunos vociferan un
evangelio duro, legalista, sin amor, y de obras; mientras que otros predican
acobardados en contra del pecado, mensajes sin contenido. Falso amor y lágrimas
de cocodrilo.
La doctrina de Cristo es una de piedad y santidad:
"Si alguien enseña algo diferente y no se conforma a
las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme
a la piedad, se ha llenado de orgullo y no sabe nada. Más bien, delira acerca
de controversias y contiendas de palabras, de las cuales vienen envidias,
discordias, calumnias, sospechas perversas." (1 Timoteo
6:3-4). Algunos nos dicen: "Mi maestro habla sobre santidad." Pero yo
no me refiero a meramente usar las palabras "santo" y
"piedad." Yo me refiero a predicarlas con toda autoridad. Predicar la
doctrina de Cristo te bendecirá, te fortalecerá, y te animará, pero también te
convertirá totalmente al extremo que no podrás estar en ella y aún tener algún
arraigo por lujurias secretas.
La doctrina de Jezabel.
Jezabel en hebreo significa: "casto, virtuoso, sin
idolatría."
¡Imagínense! La más impía, la más idólatra,
tramposa, odiosa mujer en toda la Biblia es llamada virtuosa y sin pecado. Algo
muy malo es llamado bueno. Pero irónicamente, ¿es casta? con signo de
interrogación; ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo ella vino a ser casta? ¿Cuándo?
¿Dónde?
Y mira a Acab: "Acab hijo
de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que habían
reinado antes de él. Como si le fuera cosa liviana andar en los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel hija de Etbaal, rey de los
sidonios; y fue, sirvió a Baal y lo adoró." (1 Reyes
16:30-31).
Acab quiere decir: "uno semejante al
padre", o "marcado con la naturaleza de su padre." Jezabel
representaba la falsa doctrina y Acab es su víctima. La Biblia nos dice que no
fue suficiente que Acab tuviera un corazón inclinado al pecado y a la
idolatría. Él trae a su vida la influencia satánica que lo arraiga al pecado.
"No hubo realmente nadie como Acab, que se vendiera
para hacer lo malo ante los ojos de Jehová, pues su mujer Jezabel lo
incitaba." (1
Reyes 21:25).
El mensaje es que la tendencia de los cristianos que mantienen pecados y lujurias en secreto es abrazarse y casarse con la doctrina falsa que sólo los excitará y los confirmará en sus pecados. Lo último que necesitaba Acab era una Jezabel. ! Que peligroso! Ella hizo resaltar de él !lo peor, lo aumentó, y luego lo destruyó (a Acab).
El mensaje es que la tendencia de los cristianos que mantienen pecados y lujurias en secreto es abrazarse y casarse con la doctrina falsa que sólo los excitará y los confirmará en sus pecados. Lo último que necesitaba Acab era una Jezabel. ! Que peligroso! Ella hizo resaltar de él !lo peor, lo aumentó, y luego lo destruyó (a Acab).
Así es la falsa doctrina. Si existe en ti algún
pecado, lujuria, mundanalidad, lo último que necesitas es una doctrina que
saque a relucir lo peor de ti. Cuando David pecó con Betsabé, él no necesitó un
falso profeta con un mensaje alentador para decirle lo mucho que Dios lo amaba.
Él necesitó un profeta no comprometido, Natán, con el dedo señalándole y
clamando: "Tú eres el hombre." Aquellos que predican la doctrina de
Cristo demuestran al pueblo la diferencia entre lo santo y lo profano, lo bueno
y lo malo. No sale mezcla de sus labios. "Enseñarán a mi pueblo a
discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo impuro y lo puro"
(Ezequiel 44:23).
Ezequiel denuncia a estos falsos profetas que se
enriquecen trayendo mensaje de justificar el pecado. "Porque en medio de
ella hay una conspiración de sus profetas; son como un león rugiente que
arrebata la presa. Devoran a la gente, se apoderan del patrimonio y de las
cosas preciosas, y multiplican sus viudas en medio de ellos. Sus sacerdotes
violan mi ley y profanan mis cosas sagradas. No hacen diferencia entre lo santo
y lo profano, ni enseñan a distinguir entre lo impuro y lo puro. Con respecto a
mis sábados esconden sus ojos, y he sido profanado en medio de ellos. Sus
profetas les han recubierto con cal. Ven vanidad y les adivinan mentira,
diciendo: "Así ha dicho el Señor Jehová', pero Jehová no ha hablado."
(Ezequiel 11: 25-28).
Como resultado, tenemos toda una generación de
jóvenes turbados que ni siquiera pueden reconocer lo maligno cuando lo ven. Los
falsos profetas los han engañado. Ellos llaman bueno cuando
"rockeros" con pelo pintado, vestidos como monigotes, se contonean y
menean sexualmente en el púlpito, tocando su "rock and roll." A ellos
se les dice que el sexo extramatrimonial es bueno siempre y cuando se esté
enamorado y se respete a la otra persona. Predicadores y maestros han venido a
ser los grandes defensores del pecado en el mundo.
La doctrina de Jezabel promueve la codicia.
"Nabot respondió a Acab: ¡Guárdeme Jehová de
darte la heredad de mis padres! Acab se fue a su casa decaído y furioso por
las palabras que le había respondido Nabot de Jezreel, quien le había dicho:
"No te daré la heredad de mis padres." Se acostó en su cama, volvió
su cara y no tomó alimentos. Jezabel, su mujer, fue a él y le preguntó: - ¿Por
qué está decaído tu espíritu, y no tomas alimentos? ¿Tú actúas ahora como rey
sobre Israel? ¡Levántate, toma alimentos, y alégrese tu corazón! ¡Yo te daré la
viña de Nabot de Jezreel! (1
Reyes 21:1-7).
Escucha la doctrina de Jezabel: Tú eres rey. El número uno. Tú tienes derechos.
Que nada te detenga en obtener lo que desees. Ella le dijo a Acab:
"alégrate, regocíjate, yo la obtendré por ti." Esta es la doctrina de
la prosperidad en síntesis: No te apures. No te sientas triste o acongojado por
esos deseos que te están comiendo por dentro. Yo lo conseguiré para ti. Al
igual que los métodos engañosos que usa Jezabel, estas doctrinas tuercen y usan
incorrectamente la Palabra.
El gran engaño en la iglesia moderna es el uso de la Palabra de Dios para ponerle una etiqueta de aprobado a la codicia. En su faz, la doctrina de Jezabel trabaja. (Véase 1 de Reyes 21:14-16). Le consiguió a Acab lo que quería. Él se posesionó de sus derechos porque cuando un hombre era apedreado por alta traición al rey, sus derechos revertían al rey. Nunca ha habido duda que para muchos, esta doctrina de prosperidad funciona. Como Acab, ellos están disfrutando de sus posesiones. Pero Acab no podía disfrutarla plenamente porque un " impertinente" profeta de Dios se lo impedía.
El gran engaño en la iglesia moderna es el uso de la Palabra de Dios para ponerle una etiqueta de aprobado a la codicia. En su faz, la doctrina de Jezabel trabaja. (Véase 1 de Reyes 21:14-16). Le consiguió a Acab lo que quería. Él se posesionó de sus derechos porque cuando un hombre era apedreado por alta traición al rey, sus derechos revertían al rey. Nunca ha habido duda que para muchos, esta doctrina de prosperidad funciona. Como Acab, ellos están disfrutando de sus posesiones. Pero Acab no podía disfrutarla plenamente porque un " impertinente" profeta de Dios se lo impedía.
Aconteció que
vino la palabra de Jehová a Elías el tisbita, diciendo: "Levántate,
desciende al encuentro de Acab, rey de Israel, que reside en Samaria. He aquí
que está en la viña de Nabot, a donde ha descendido para tomar posesión de
ella. Le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿Has asesinado y también has
tomado posesión? Luego le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: En el lugar donde
los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre,
tu misma sangre. Acab dijo a Elías: ¿Así que me has encontrado, enemigo
mío?" Él respondió: "Te he encontrado, porque te has vendido para
hacer lo malo ante los ojos de Jehová." (1 Reyes 21:17-20)
Imagínense a Acab paseando alrededor de su nueva
posesión, diciendo: ¡No es la vida maravillosa, Ah Jezabel! Puede que no esté
de acuerdo con sus métodos, pero hace lo que dice. Pero siguiendo
inflexiblemente sus pasos está el profeta Elías. Acab, perturbado, reacciona.
Él sabía lo que le venía. Su conciencia le dijo: "Me has hallado enemigo
mío."
Así también es hoy en día, Dios ha enviado profetas
a todas partes de esta tierra, clamando a viva voz, denunciando la doctrina del
materialismo de Jezabel, haciéndole bien incómodo a los cristianos el disfrute
de los entretenimientos y pertenencias. Estos se han alineado a la doctrina. No
lo pueden ver, pero el pecado esta detrás de todo esto. Cada vez que trueno en
contra de la doctrina de la prosperidad, siento el espíritu y poder de Elías
sobre mi. Vas a oír más y más la exposición de la doctrina de Jezabel. Por
doquiera voces proféticas se oirán claramente clamando: "Pecado. Estás
poseído porque te has alineado al pecado."
Jezabel odia a los profetas de Dios.
Y Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de como había
matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un
mensajero diciendo: "Así me hagan los dioses, y aún me añadan, si mañana a
estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos." (1 Reyes
19:1-2).
Los cristianos atados por la doctrina de Jezabel no
tienen ninguna estima por los profetas de Dios. Están entenebrecidos, como
Jezabel lo estuvo, inconmovible, como cuando Acab le contaba detalladamente el
maravilloso despliegue de autoridad sobrenatural en el Monte Carmelo. Escuchen
a Acab: "Pero Jezabel, es posible que nosotros necesitemos oír. Yo lo vi
con mis propios ojos. Nuestros profetas alborotaban y bailaban por horas, pero
no había poder. Elías solo habló Palabra de Dios y el fuego descendió. Por
todas partes había personas arrepintiéndose. Le daban la espalda a la
idolatría. Dios envió un avivamiento de santidad." Pero Jezabel no fue
impresionada. Al contrario, fue más endurecida.
Así es ahora. Los maestros de la doctrina de
Jezabel y aquellos igual a Acab, que son sus víctimas, no están abiertos a, ni
convencidos del Espíritu Santo, ni del mensaje del arrepentimiento y de
santidad. Lo oyen, y entonces siguen su camino, con más determinación que
antes, en sus doctrinas. No hay temor de Dios ante sus ojos.
La señal más elocuente de un maestro falso y de la doctrina de Jezabel es hacer caso omiso a las advertencias proféticas y el rechazo de oír acerca del juicio. Lo tildan de confusión y perdición. Se ríen, mofan y lo ridiculizan. No tienen respeto por señales adversas. Jeremías dice que esos pastores son ciegos y mudos. El Señor dice: "Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según sus propios planes. Caminaron hacia atrás y no hacia adelante" (Jeremías 7:24).
La señal más elocuente de un maestro falso y de la doctrina de Jezabel es hacer caso omiso a las advertencias proféticas y el rechazo de oír acerca del juicio. Lo tildan de confusión y perdición. Se ríen, mofan y lo ridiculizan. No tienen respeto por señales adversas. Jeremías dice que esos pastores son ciegos y mudos. El Señor dice: "Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según sus propios planes. Caminaron hacia atrás y no hacia adelante" (Jeremías 7:24).
Esos que enseñan la doctrina de Jezabel reclaman
ser profetas. Pero hay una prueba para verdaderos y falsos profetas. Los
profetas de Jezabel solo profetizan buenas cosas, paz y prosperidad. "Todos ellos son para mí como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra. Por
tanto, así ha dicho y en los profetas de Jerusalén he visto algo horrible:
Cometen adulterio, andan en la mentira y fortalecen las manos de los malhechores,
de manera que ninguno se convierta de su maldad. Por tanto así ha dicho Jehová
de los ejércitos acerca de los profetas: He aquí que les hará comer ajenjo y
les hará beber aguas envenenadas, porque de los profetas de Jerusalén ha salido
la corrupción a todo el país." "Así ha dicho Jehová de los Ejércitos:
No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan. Ellos os llenan de
vanas esperanzas, hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.
Continuamente dicen a los que desprecian la palabra de Jehová: tendrán paz. Y a
cualquiera que anda tras la porfía de su corazón dicen: No vendrá el mal sobre
vosotros." (Jeremías 23:14-17). Ellos no ayudan a nadie a
salir de la maldad. Hablan vanidades, y actúan tontamente desde el púlpito.
¡Son payasos!
El pacto de Acab con el mundo.
Acab se arrepintió por la prédica de Elías. El mensaje de Elías conmovió
profundamente a Acab. Rasgó sus vestidos y caminó en humildad por un tiempo.
Dios lo catalogó de arrepentimiento. "ve como Acab se ha humillado
delante de mí." (1
Reyes 21:29). Desde ese día en adelante él podía mirar atrás y decir:
¿Arrepentimiento? Sí. Bajo la predicación de ese gran profeta de Dios, Elías,
en mi jardín en Jezreel. Para él fue una sola experiencia, no un diario caminar.
No duró mucho. El problema era que él había hecho un pacto con el mundo. Estaba
de acuerdo con el pecado. Él había venido a ser hermano y amigo del mundo.Hermano quiere decir aquí: afinidad, uno igual a
mí; uno al que yo respeto. Él había pactado con lo que Dios había maldecido. Y
hoy en día hay arrepentimiento, aunque verdadero, muy superficial. Pero
volverás atrás si no hay un rompimiento completo con el mundo Acab reclamaba que amaba la verdad, pero muy dentro de sí, él odiaba ser
reprendido. Acab y Josafat iban a ir a la guerra con los sirios. Cuatrocientos
falsos profetas estaban prediciendo el triunfo. "Ve y prosperarás. Tú
puedes." Y allí estaba el único y solitario profeta en contra de los
cuatrocientos falsos profetas. Escuchen a Acab demandando la verdad: "Y Micaías respondió: Vive Jehová que lo que Jehová me hablare, eso
diré." Vino pues al rey, y el rey le dijo: "Micaías, ¿iremos a pelear
contra Ramot de Galaad, o la dejaremos?" Él le respondió: "Sube y
serás prosperado, y Jehová la entregará en manos del rey." Y el rey le
dijo: "¿Hasta cuantas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad
en el nombre de Jehová?" (1
Reyes 22:14-16). Sin embargo, en su corazón, él no la quería oír - la odiaba.
Por lo tanto encarceló al profeta.
Pastores, maestros y la congregación de hoy en día
dicen: "Queremos sólo la verdad. Predicada y enseñada como es. No importa
como duela." Pero en su corazón algunos están molestos e incómodos. La
Palabra es muy fuerte, muy dura. No la pueden resistir.
Acab estaba completamente ajeno al hecho que estaba siendo guiado por espíritu de mentira. Este espíritu de mentira no era de Dios, pero sí estaba bajo su autoridad. Espíritus malignos de mentira tienen que obedecer su Palabra. No son de Dios, pero son enviados por Dios. "Ahora pues, he aquí que Jehová ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos estos tus profetas, porque Jehová ha decretado el mal con respecto a ti." (1 Reyes 22:23).
Acab estaba completamente ajeno al hecho que estaba siendo guiado por espíritu de mentira. Este espíritu de mentira no era de Dios, pero sí estaba bajo su autoridad. Espíritus malignos de mentira tienen que obedecer su Palabra. No son de Dios, pero son enviados por Dios. "Ahora pues, he aquí que Jehová ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos estos tus profetas, porque Jehová ha decretado el mal con respecto a ti." (1 Reyes 22:23).
Este espíritu de mentira hizo que Zedequías, un falso profeta, declarara que el espíritu de Dios estaba sobre él. El espíritu de mentira en él podía honestamente declarar: "El Señor me envió." Los espíritus de mentira son muy persuasivos. "Tú los persuadirás." (1 Reyes 22:22). Acab estaba ahora convencido que estaba oyendo la voz de Dios y que regresaría victorioso.
Cristianos atados por la doctrina de Jezabel están ciento por ciento seguros que ellos están en la verdad. No pueden ver el engaño. Acab no se puso a pensar: "Micaías está en lo cierto. Él tiene la mente de Dios. Los cuatrocientos profetas son falsos, ellos no tienen Palabra de Dios. No. Él subió completamente convencido, completamente engañado, totalmente seducido. Estaba convencido que Micaías estaba en un error, y que los cuatrocientos estaban en lo correcto.
¿Por qué caen algunos cristianos en este tipo de engaño?
"He aquí, vosotros confiáis en palabra de mentira, que no aprovecha. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, quemando incienso a otros dioses y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: 'Librados somos' para seguir haciendo estas abominaciones? (Jeremías 7:8-10). He aquí la respuesta: El asirse a algún pecado, a algún ídolo secreto en el corazón. La justificación para algún pecado. El caminar con el mundo. Una hermandad con el mundo. Entonces vienen a la casa de Dios jactándose: "Yo no estoy condenado." Esto es una invitación sin restricciones a los espíritus de mentira.
Por: Diego Mauricio Ortiz Guerrero