jueves, 22 de octubre de 2015

SI DIERA MI DIEZMO



Si diera mi diezmo, hoy nadie estaría preguntándome porque no me congrego. Si diera mi diezmo cualquier congregación o mal llamado “iglesia”, me aceptarían. Si diera mi diezmo, no me expulsarían jamás de la iglesia, no me aislarían, mis hermanos se preocuparían de mí, no me borrarían del Facebook por orden del pastor. Si diera mi diezmo tendría un Pastor que estuviera a mi lado todo el tiempo. Si diera mi diezmo tendría una cierta posición dentro de la iglesia, sería un líder, un diacono, serviría la santa cena, enseñaría en la escuela dominical. Podría evangelizar para que más diezmadores llegaran a la iglesia. Y si es que mi diezmo fuera más alto que los diezmos de otros hermanos, entonces tendría derecho a predicar desde el púlpito (aunque no esté capacitado para eso), tendría voz en la toma de decisiones de la membresía, tendría jerarquía, podría ejercer autoridad. Y aunque no sepa nada de la Biblia, ni me comportara como un verdadero cristiano, tendría siempre mi buena posición sobre otros y el pastor no podría reprenderme jamás. 

Si diera mi diezmo, el pastor no me llamaría nunca como un ladrón, no me diría que Dios me maldecirá, no me diría que nunca voy a prosperar. Si diera mi diezmo, ningún pastor me intimaría, ni abusaría espiritualmente de mí, no se enojaría conmigo porque yo sustente y cuide a mi familia con SUS DIEZMOS. Si diera mi diezmo no estaría perdiendo mi salvación como dice el pastor, no sería un rebelde, ni un peligro para mis hermanos, como él dice. Si yo diera mi diezmo no me cortarían nunca la ilusión de que los cielos se abren para mí, no despertarían mi ambición diciendo que si diezmo más, recibiré más. Si diera mi diezmo, no estaría obligado a hacerlo.

Si diera mi diezmo, pero… si diera mi diezmo, entonces no sabría qué sería de mí. Si diera mi diezmo entonces me estaría mintiendo a mí mismo, no tendría mi conciencia tranquila, mi fe se volvería al amor al dinero. Si diera mi diezmo, entonces no reconocería la eficacia de la sangre de Cristo, la muerte de Jesucristo seria en vano. Si diera mi diezmo, entonces si estaría maldecido por seguir las obras de la ley, la ley de un viejo pacto, débil, inútil, imperfecto, bajo maldición, que tenía que desaparecer, y que ha sido cancelado con la muerte de Jesucristo en la cruz y la llegada del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Si diera mi diezmo, entonces habría caído en una gran estafa, ya que el diezmo antiguo y para Israel nunca fue dinero, era en alimento. Porque ni Jesús mismo, ni sus apóstoles, ni los reformadores, ninguno de ellos pidió el diezmo. Porque Jesús les dijo a los fariseos que el diezmo ERA NECESARIO HACERLO, pero ya no.

Si diera mi diezmo, entonces no podría OFRENDAR como si bíblicamente es correcto para la obra de Dios, ofrendas de amor, según haya prosperado, y como lo proponga en mi corazón, sin base, ni topes, ni manipulaciones. Si diera mi diezmo, no podría ofrendar libremente, porque debo hacerlo sin tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y no hay nada que temer, pues es Cristo mismo el que llama y coloca en su Iglesia.

Los diezmos eran “según la ley” (Hebreos 7:5), y el fin de la ley es Cristo… (Romanos 10:4)



Escrito por el hermano Pablo Salinas
 

domingo, 12 de abril de 2015

LA SALVACIÓN ¿ SE PIERDE O NO SE PIERDE ?

AQUÍ TENEMOS 27 RAZONES POR LAS CUALES LA SALVACIÓN NO SE PUEDE PERDER


1·  Porque el cristiano está sellado con el Espíritu Santo para el día de la redención - Efesios 1:13-14.

2·  Porque nadie lo puede arrebatar de la mano de Cristo - Juan 10:28.

3·  Porque nadie lo puede arrebatar de la mano del Padre - Juan 10:29.

4·  Porque la vida obtenida en el nuevo nacimiento es de Dios, y por tanto, ya no puede morir - Juan 3:3,5; Romanos 6:9-11.

5·  La salvación se obtiene por fe, no por obras, y se conserva de la misma manera, por la fe - Efesios 2:8-9; Colosenses 2:6.

6·  La salvación es un regalo de Dios, y nadie que da un regalo lo vuelve a quitar; y por supuesto, Dios menos - Romanos 6:23.

7·  Cristo nunca rechazará a los que ha recibido - Juan 6:37.

8·  Porque se invalidaría el bautismo, ya que el bautismo es para creyentes - Mateo 28:19.

9·  Si el cristiano pudiera perder su salvación, entonces debería poder ser salvo otra vez; lo cual es imposible, porque sería como volver a crucificar a Cristo - Hebreos 6:6.

10·  Cristo murió por todos los pecados, no solamente por aquellos cometidos hasta antes de ser salvo - Colosenses 2:13-14.

11·  Nada nos puede separar del amor de Dios - Romanos 8:35-39.

12·  Cuando se acepta a Cristo, El viene a hacer morada en el creyente para siempre; no entran y salen del creyente por su comportamiento - Juan 14:17-18,23.

13·  El creyente verdadero tiene (no tendrá) vida eterna; no vida nada más mientras sea "fiel" - Juan 5:24.

14·  Ya que todos los pecados son iguales para Dios, y no existen los pecados "grandes" y "pequeños"; si se perdiera la salvación por el pecado, ésta se perdería a cada momento por causa de cada mentira, o mal pensamiento, etc. - Romanos 3:23 "La paga del pecado [todo pecado] es muerte. . ."

15·  Si la salvación se pierde por "volver al pecado", se crea incertidumbre porque ¿en qué momento se consideraría que una persona ha perdido su salvación? ¿Con cuántos pecados? y si "regresa", ¿tiene que volver a "aceptar" a Cristo, o basta con simplemente pedir perdón?
16·  La salvación no se pierde porque Cristo prometió un lugar junto a Él en el cielo, y cada lugar está preparado para un cristiano específico, y no solamente para "cualquiera" que se mantenga "fiel". - Juan 14:3.

17·  Los nombres de los salvos están escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo, y Dios no los está quitando y poniendo según su comportamiento - Apocalipsis 3:5, 17:8.

18·  La sangre de Cristo limpia de TODO pecado (los pecados de toda la vida) - 1 Juan 1:9.

19·  Cuando Cristo murió, murió por todos los pecados, aun aquellos que el cristiano cometería en su vida de cristiano - 1 Pedro 2:24.

20·  El cristiano se convierte en hijo de Dios al aceptar a Cristo; un hijo de Dios no puede perderse - Juan 1:12.

21·  El pecado interrumpe la comunión con el Padre, pero no la relación; así como la desobediencia de un hijo aquí en la tierra no termina su relación con su padre - Salmo 51:12 (note que David pidió de nuevo el gozo de su salvación, no su salvación).

22·  El castigo de Dios a sus hijos por el pecado, no es quitándonos la salvación, sino disciplina paternal - Hebreos 12:5-7.

23·  Al aceptar a Cristo somos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Cristo es nuestro hermano mayor. Ni tal participación en la herencia, ni la relación con el Hermano mayor se interrumpen jamás; por ningún motivo - Romanos 8:17.

24·  Porque invalidaría la obra intercesora de Cristo. Si el cristiano se puede perder, entonces Cristo no es un buen abogado - 1 Juan 2:1.

25·  Porque habría que aceptar que hay dos maneras de ser salvos: una, por fe en la sangre de Cristo (hasta el momento de ser salvo), y otra por las buenas obras (a partir de ser salvo) - Efesios 2:8-9.

26·  Porque entonces Dios no sería omnipotente, pues no sería poderoso para guardarnos sin caída – 2 Timoteo 1:12; Judas 24.

27·   Porque si nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;
Más siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. 1ra De Corintios 11:31-32.

EL TENER SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN Y EL SABER QUE NO LA PERDERÁ NO ES UNA LICENCIA PARA HACER LO QUE QUIERA. EL VERDADERO CRISTIANO POR AMOR A DIOS Y  A SU SALVACIÓN SE APARTARA DEL PECADO Y SI CAYERA EN EL. EL ESPÍRITU SANTO LO REDARGÜIRÁ PARA UN GENUINO ARREPENTIMIENTO PERO QUEDARA EXPUESTO A LA DISCIPLINA DE DIOS.



Las dos grandes corrientes sobre la doctrina de la salvación son la Calvinista (de Calvino) y la Arminianista (de Arminio). Estas dos fracciones han estado en una discusión continua acerca de un pregunta predominante en la vida cristiana: ¿La salvación se pierde?

Ambos grupos reconocen que la salvación es por fe, esto es, no por obras, sino solamente por la gracia de Jesús (Efe 2:9), en este punto están de acuerdo. La diferencia más grande radica en que la doctrina de Calvino establece que la salvación NO SE PUEDE PERDER, y la Arminiana que SÍ SE PUEDE PERDER luego de haberla tenido.

Los arminianos reconocen que son incapaces de recibir la salvación por sus propios méritos, pero aseguran que la única forma de mantenerla es andando por los caminos y las ordenanzas del Señor“Mat 24:13  Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”
Los calvinistas aseguran que la salvación no se puede perder pues el hombre no puede, por sus méritos o errores, afectar la regeneración que Dios hace en el creyente “Jua 10:28  y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.
Es importante conocer estas posturas. Pues el decidir o enseñar cualquiera de ellas, marcará TOTALMENTE la manera en cómo se viva una relación con Dios.

Un arminiano, como cree que la salvación se pierde, luchará con más fuerza por mantenerse en santidad. Será su relación con el Espíritu de Dios lo que lo mantendrá en las líneas de la salvación. Algunas fracciones consideran que para una persona que se “desvió del camino” es necesario tener un arrepentimiento genuino para poder ser considerado “salvo”. El arminiano podría caer en el juicio errado acerca de quiénes son, o no, hijos de Dios.

En un calvinista, dado que la salvación no se pierde considera que una persona “que se descarría”: 1.- como hijo de Dios algún día regresará a los brazos del Señor (como el hijo pródigo); o 2.- Nunca fue hijo de Dios, esto es, nunca hubo una regeneración en su vida por el Espíritu de Dios (Por sus frutos los conoceréis). Su relación con Dios depende únicamente de la fidelidad del pacto de Dios con Cristo, y no de su propia justicia. El calvinista podría caer erróneamente en lo que la iglesia cristiana romana se le denominaba “pecar para que la gracia abunde” (Rom 6:1).
Para el  arminiano, la salvación es parcial. Significa que también depende de las actitudes de los hombres, por lo que también fue decisión del hombre el seguir a Cristo o no. Los que se pierden son porque no eligieron el camino de la salvación y justamente merecen la segunda muerte.

Para el calvinista, como la salvación no se pierde. Significa que la decisión fue únicamente de Dios por lo que se es un elegido. El hombre no tuvo nada que ver en esa decisión, sino sólo Dios. Los que se pierden, son aquellos que el Señor los abandonó en su pecado y murieron por justicia.
El arminiano considera que la humanidad sólo cayó parcialmente en el jardín del Edén, que aún tiene la capacidad de “reaccionar” decidiendo aceptar a Jesús.
El calvinista considera al hombre totalmente depravado en su naturaleza, como incapaz de buscar a Dios sin la intervención del Espíritu Santo.
Para el arminiano, el arrepentimiento es una condición para la salvación. Para el calvinista, es una evidencia.

Para el arminiano la perseverancia en Cristo depende del esfuerzo del hombre. El calvinista considera que es una consecuencia de su fe.

Como verás, éste tema es complejo y muy amplio. LA IGLESIA DEL DIOS VIVIENTE, no pertenece  al pensamiento Armeniano ni al calvinista. Pero Tenemos  la absoluta certeza que si tenemos el FRUTO DEL ESPÍRITU SANTO.  “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, Fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” Gálatas 5: 22-25.

Si cada  Cristiano  tiene la seguridad de VIVIR esta palabra conforme está escrita será una evidencia de su salvación por lo tanto no la podrá perder. Por que  quien  ¡¡¡ Que viva  esto ¡¡¡  Desearía pecar contra Dios y si aún lo hiciera   voluntaria e involuntariamente su salvación no  se perdería . Pero no faltaría la disciplina del Señor.


Existen personas que asisten a denominaciones creyéndose  ser  cristiano  y viven una vida de apariencia fingida. Pues  en sus vidas jamás han manifestado el FRUTO DEL ESPÍRITU SANTO, pecan permanentemente  deliberadamente y se esfuerzan por agradar a los demás, viviendo en medio de una congregación hipócritamente y se refugian en una apariencia de piedad y bondad y creen que por estar en una iglesia podrán ser salvos.

Son estas personas las que dudan de su  salvación y por la tanto creen que podrían perder lo  que nunca han tenido.